La osteoporosis es una enfermedad que afecta la calidad y la cantidad de hueso. Su reserva ósea (densidad) llega a su punto máximo a los 30 años de edad. Después de eso, todos comenzamos a perder masa ósea muy gradualmente, alrededor del 1% al año. Algunos factores aumentan el riesgo de desarrollar osteoporosis:
- el sexo femenino
- raza caucásica o asiática
- marcos del cuerpo delgados y pequeños
- antecedentes familiares de osteoporosis (por ejemplo, tener una madre con una fractura osteoporótica de cadera duplica el riesgo de fractura de cadera).
- historia personal de fracturas en la edad adulta
- fumar cigarrillos
- consumo excesivo de alcohol
- falta de ejercicio
- dieta baja en calcio
- nutrición deficiente y mala salud general
Las áreas más comunes del cuerpo que desarrollan osteoporosis son la cadera, la muñeca y las vértebras en la parte media de la columna. Cuando el hueso de la vértebra se adelgaza, es propenso a colapsar por fuerzas relativamente menores. Estas son llamadas «fracturas por compresión». Con el tiempo, se puede notar una pérdida progresiva de altura o incluso una postura encorvada hacia adelante. En las personas con osteoporosis, una caída puede provocar fracturas en la muñeca y la cadera. La osteoporosis suele aparecer después de los 40 años y afecta a una de cada cuatro mujeres mayores de 50 años. Las mujeres tienen cuatro veces más probabilidades de desarrollar osteoporosis que los hombres.
Con una tasa de incidencia tan alta, la prevención es muy importante porque, aunque existen tratamientos para la osteoporosis, no hay cura en la actualidad. La prevención de la osteoporosis es un enfoque efectivo e implica nutrición, ejercicios, estilo de vida y detección temprana:
Llevar una dieta bien equilibrada desde la primera infancia que aporte los nutrientes esenciales y sea rica en calcio y vitamina D. Entre las buenas fuentes de calcio se encuentran los productos lácteos, las verduras de hoja y verde oscuro, el pescado de agua salada, el tofu y las almendras. Un nivel adecuado de vitamina D es necesario para que el cuerpo absorba el calcio de la dieta.
Los ejercicios de levantamiento de peso como caminar, excursionismo, trotar, subir escaleras, jugar al tenis o al fútbol, saltar la cuerda y bailar, durante la infancia y la adolescencia aumentan la densidad y la fuerza de los huesos y ayudan a alcanzar su máxima densidad en los primeros años de la edad adulta.
Ejercicios de resistencia que aumentan la fuerza muscular y también fortalecen los huesos.
Decir NO al tabaco y al consumo de alcohol, ya que dañan los huesos y alteran la química del cuerpo.
La detección temprana de la baja masa ósea (osteopenia) o de los huesos porosos (osteoporosis), permite al paciente y al médico tomar medidas para detener la progresión de la pérdida de hueso.
Con los cambios en el estilo de vida y las estrategias de tratamiento adecuadas recomendadas por un médico, la osteoporosis puede prevenirse y tratarse, y pueden evitarse las consecuencias de la osteoporosis (huesos rotos y discapacidad).
La fisioterapia desempeña un papel importante en la prevención y el control de la osteoporosis, así como en la reconstrucción de la masa ósea. El programa de la clínica de fisioterapia Clinic puede incluir ejercicios de soporte de peso como caminar o aeróbicos de bajo impacto para ayudar a fortalecer los huesos. Los ejercicios de resistencia (de fortalecimiento) ayudan a poner una tensión saludable a través de los huesos y tienen el beneficio adicional de aumentar la fuerza muscular. Los músculos fuertes mejorarán su equilibrio y pueden ayudar a prevenir una caída que podría provocar una fractura. Los ejercicios como el Tai Chi y el yoga pueden ayudar a mejorar aún más el equilibrio y la coordinación. Si ha sufrido una fractura, la fisioterapia puede ayudarle a controlar el dolor y a recuperar la función y la movilidad después de que se haya curado o reparado mediante una intervención quirúrgica.